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Nora Rodríguez: «Muchos niños son brillantes aunque sus notas digan lo contrario»

Entrevista con Nora Rodríguez, pedagoga y autora de «Neuroeducación para padres» (Ediciones B).



«Educar implica más que nunca informarse, saber, conocer y observar. Nuestro deber como padres es el de educar a nuestros hijos para que sean la mejor versión de sí mismos. Entonces, si está demostrado que niños y adolescentes aprenden mucho más fácilmente cuando los padres tienen un puñado de conocimientos fáciles de recordar sobre cómo funciona el cerebro... ¿Por qué no aprovechar todo lo que se sabe del mismo?», se pregunta la pedagoga Nora Rodríguez, autora de «Neuroeducación para padres» (Ediciones B). Ella escribió este libro con la firme intención de ayudar a que las familias entiendan cómo funciona el cerebro de los más pequeños de la casa.

¿Qué es lo más importante que deben saber los padres sobre el cerebro de sus hijos?

—Que no hay recetas mágicas. Y que si cada familia es diferente, cada niño no sólo tendrá un diseño del cerebro diferente sino que aprenderá a partir de sus propios recursos. Creo que es una época importante en cuanto al protagonismo educativo de los padres, que deben aprovecharse de las increíbles investigaciones que aporta cada poco la ciencia. También deben ser conscientes de que los colegios aún no logran adaptarse al cambio educativo, por lo tanto son ellos los que, participando junto con sus hijos de un movimiento educativo mundial, pueden empezar a modificar su modo de enseñar.


Usted habla de periodos de aprendizaje. Quizás por desconocimiento, les enseñamos cosas en momentos que no corresponden con su edad.

—Los aprendizajes que ocurren muchos antes de que estén preparados para ello dañan la autoestima y generan altos niveles de estrés. Esto a la vez se convierte en un modo de entender el aprendizaje con dolor, un dolor emocional que impide avanzar. Hoy la pedagogía actual sustituye esto con nuevos recursos, como por ejemplo, saber cuál es la mejor edad para aprender ciertas cosas.

Ayudamos a los padres a que conozcan el potencial del hijo. Por eso si los progenitores aprenden un poco más sobre la memoria a corto y a largo plazo o sobre la atención, pueden ayudar a su hijo a organizar mejor sus deberes.

Pongamos un ejemplo sobre el tiempo de atención de un niño: este deber ser su edad más «2», lo que significa que si un niño tiene siete años, sólo puede mantener atención sostenida durante 9 minutos aproximadamente. El cerebro se cansa, y debe hacer recreos cerebrales, como bailar, jugar, cantar…

La entrevista completa AQUÍ en el diario ABC de España.

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